martes, 3 de abril de 2007

Algunas personas que habían permanecido en prisión durante una década, sin ver ningún tipo de cine, se encontraban con muchas dificultades cuando eran puestas en libertad y regresaban a las salas cinematográficas. Las nuevas películas eran demasiado rápidas para ellos.

En el frenesí de ciertos videoclips se oculta la visión siniestra de una prisión en la que se agitan los condenados. Están ahí, en esa imagen plana y proyectada, estríctamente delimitada por el encuadre. Los proyectores centellean desde las torres de observación , y los cantantes cautivos parecen gritarnos su desesperación física de no ser más que imágenes enjauladas.


Pueden ocurrírseme (...) hasta 10 post mientras intento comenzar a hacer la única tarea que tengo leyendo blogs y tranquilizándome con el solitario spider.

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