domingo, 31 de julio de 2005
Fin de semana de locos
Me gustaba la parte en la que una mañana lluviosa escribia en su bowindow y tranquilamente yo caminaba por abajo de la lucarna de ventana victoriana de santa fe y anchorena escuchando mañana en el abasto en mi cabeza y llevando 100 gramos de chocolate dentro de mi interior me sentia una mula traficante. Nadie nunca se imaginaria lo que me acababa de acontecer.
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